martes, 22 de septiembre de 2009

PRIMER MANIFIESTO INFRAREALISTA


En 1976, Roberto Bolaño (en la foto), autor de Los detectives Salvajes (obra que retrata los aconteceres literarios de esa crucial época), escribió este manifiesto del grupo literario "los infrarealistas", cuya naturaleza y propósito era oponerse a la cultura oficialista de aquellos años setenta. Por el significado y la importancia que tiene dicho manifiesto para entender esa época cultural, en la cual también participó de alguna manera el acayuqueño Orlando Guillér, publicamos dicho manifiesto para los escritores sureños de México.


DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE






“Hasta los confines del sistema solar hay cuatro horas-luz; hasta la estrella más cercana, cuatro años-luz. Un desmedido océano de vacío. Pero ¿estamos realmente seguros de que sólo haya un vacío? Únicamente sabemos que en este espacio no hay estrellas luminosas; de existir, ¿serían visibles? ¿Y si existiesen cuerpos no luminosos u oscuros? ¿No podría suceder en los mapas celestes, al igual que en los de la tierra, que estén indicadas las estrellas-ciudades y omitidas las estrellas-pueblos?”
-Escritores soviéticos de ciencia ficción arañándose el rostro a medianoche.
-Los infrasoles (Drummond diría los alegres muchachos proletarios).
-Peguero y Boris solitarios en un cuarto lumpen presintiendo a la maravilla detrás de la puerta.
-Free Money
*
¿Quién ha atravesado la ciudad y por única música sólo ha tenido los silbidos de sus semejantes, sus propias palabras de asombro y rabia?
El tipo hermoso que no sabía
que el orgasmo de las chavas es clitoral
(Busquen, no solamente en los museos hay mierda) (Un proceso de museificación individual) (Certeza de que todo está nombrado, develado) (Miedo a descubrir) ( Miedo a los desequilibrios no previstos).
*
Nuestros parientes más cercanos:
los francotiradores, los llaneros solitarios que asolan los cafés de chinos de latinoamérica, los destazados en supermarkets, en sus tremendas disyuntivas individuo-colectividad; la impotencia de la acción y la búsqueda (a niveles individuales o bien enfangados en contradicciones estéticas) de la acción poética.
*
Pequeñitas estrellas luminosas guiñándonos eternamente un ojo desde un lugar del universo llamado Los laberintos.
-Dancing-Club de la miseria.
-Pepito Tequila sollozando su amor por Lisa Underground.
-Chúpaselo, chúpatelo, chupémoselo.
-Y el Horror
*
Cortinas de agua, cemento o lata, separan una maquinaria cultural, a la que lo mismo le da servir de conciencia o culo de la clase dominante, de un acontecer cultural vivo, fregado, en constante muerte y nacimiento, ignorante de gran parte de la historia y las bellas artes (creador cotidiano de su loquísima istoria y de su alucinante vellas hartes), cuerpo que por lo pronto experimenta en sí mismo sensaciones nuevas, producto de una época en que nos acercamos a 200 kph. al cagadero o a la revolución.
“Nuevas formas, raras formas”, como decía entre curioso y risueño el viejo Bertolt.
*
Las sensaciones no surgen de la nada (obviedad de obviedades), sino de la realidad condicionada, de mil maneras, a un constante fluir.
-Realidad múltiple, nos mareas!
Así, es posible que por una parte se nazca y por otra estemos en las primeras butacas de los últimos coletazos. Formas de vida y formas de muerte se pasean cotidianamente por la retina. Su choque constante da vida a las formas infrarrealistas: EL OJO DE LA TRANSICIÓN
*
Metan a toda la ciudad al manicomio. Dulce hermana, aullidos de tanque, canciones hermafroditas, desiertos de diamante, sólo viviremos una vez y las visiones cada día más gruesas y resbalosas. Dulce hermana, aventones para Monte Albán. Apriétense los cinturones porque se riegan los cadáveres. Una movida de menos.
*
¿Y la buena cultura burguesa? ¿Y la academia y los incendiarios? ¿y las vanguardias y sus retaguardias? ¿Y ciertas concepciones del amor, el buen paisaje, la Colt precisa y multinacional?
Como me dijo Saint-Just en un sueño que tuve hace tiempo: Hasta las cabezas de los aristócratas nos pueden servir de armas.
*
-Una buena parte del mundo va naciendo y otra buena parte muriendo, y todos sabemos que todos tenemos que vivir o todos morir: en esto no hay término medio.
Chirico dice: es necesario que el pensamiento se aleje de todo lo que se llama lógica y buen sentido, que se aleje de todas las trabas humanas de modo tal que las cosas le aparezcan bajo un nuevo aspecto, como iluminadas por una constelación aparecida por primera vez. Los infrarrealistas dicen: Vamos a meternos de cabeza en todas las trabas humanas, de modo tal que las cosas empiecen a moverse dentro de uno mismo, una visión alucinante del hombre.
-La Constelación del Bello Pájaro.
-Los infrarrealistas proponen al mundo el indigenismo: un indio loco y tímido.
-Un nuevo lirismo, que en América Latina comienza a crecer, a sustentarse en modos que no dejan de maravillarnos. La entrada en materia es ya la entrada en aventura: el poema como un viaje y el poeta como un héroe develador de héroes. La ternura como un ejercicio de velocidad. Respiración y calor. La experiencia disparada, estructuras que se van devorando a sí mismas, contradicciones locas.
Si el poeta está inmiscuido, el lector tendrá que inmiscuirse.
“libros eróticos sin ortografía”
*
Nos anteceden las MIL VANGUARDIAS DESCUARTIZADAS EN LOS SESENTAS
Las 99 flores abiertas como una cabeza abierta
Las matanzas, los nuevos campos de concentración
Los Blancos ríos subterráneos, los vientos violetas
Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros para el hombre, decimos nosotros, volviendo a las barricadas después de una jornada llena de mierda y gases lacrimógenos, descubriendo / creando música hasta en los departamentos, mirando largamente los cementerios-que-se-expanden, donde toman desesperadamente una taza de té o se emborrachan de pura rabia o inercia los viejos maestros.
Nos antecede HORA ZERO
((Cría zambos y te picarán los callos))
Aún estamos en la era cuaternaria. ¿Aún estamos en la era cuaternaria?
Pepito Tequila besa los pezones fosforescentes de Lisa Underground y la ve alejarse por una playa en donde brotan pirámides negras.
*
Repito:
el poeta como héroe develador de héroes, como el árbol rojo caído que anuncia el principio del bosque.
-Los intentos de una ética-estética consecuente están empedrados de traiciones o sobrevivencias patéticas.
-Y es que el individuo podrá andar mil kilómetros pero a la larga el camino se lo come.
-Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética la Vida: una-sola-cosa.
*
Los burgueses y los pequeños burgueses se la pasan en fiesta. Todos los fines de semana tienen una. El proletariado no tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla, actuarla ciertas noches, inventarle aristas y rincones húmedos, es como acariciar los ojos ácidos del nuevo espíritu.
*
Desplazamiento del poema a través de las estaciones de los motines: la poesía produciendo poetas produciendo poemas produciendo poesía. No un callejón eléctrico / el poeta con los brazos separados del cuerpo / el poema desplazándose lentamente de su Visión a su Revolución. El callejón es un punto múltiple. “Vamos a inventar para descubrir su contradicción, sus formas invisibles de negarse, hasta aclararlo”. Desplazamiento del acto de escribir por zonas nada propicias para el acto de escribir.
¡Rimbaud, vuelve a casa!
Subvertir la realidad cotidiana de la poesía actual. Los encadenamientos que conducen a una realidad circular del poema. Una buena referencia: el loco Kurt Schwitters. Lanke trr gll, o, upa kupa arggg, devienen en línea oficial, investigadores fonéticos codificando el aullido. Los puentes del Noba Express son anti-codificantes: déjenlo que grite, déjenlo que grite (por favor no vayan a sacar un lápiz ni un papelito, ni lo graben, si quieren participar griten también), así que déjenlo que grite, a ver qué cara pone cuando acabe, a qué otra cosa increíble pasamos.
Nuestros puentes hacia las estaciones ignoradas. El poema interrelacionando realidad e irrealidad
*
Convulsivamente
*
¿Qué le puedo pedir a la actual pintura latinoamericana? ¿Qué le puedo pedir al teatro?
Más revelador y plástico es pararse en un parque demolido por el smog y ver a la gente cruzar en grupos (que se comprimen y se expanden) las avenidas, cuando tanto a los automovilistas como a los peatones les urge llegar a sus covachas, y es la hora en que los asesinos salen y las víctimas los siguen.
¿Realmente qué historias me cuentan los pintores?
El vacío interesante, la forma y el color fijos, en el mejor de los casos la parodia del movimiento. Lienzos que sólo servirán de anuncios luminosos en las salas de los ingenieros y médicos que coleccionan.
El pintor se acomoda en una sociedad que cada día es más “pintor” que él mismo, y ahí es donde se encuentra desarmado y se inscribe de payaso.
Si un cuadro de X es encontrado en alguna calle por Mara, ese cuadro adquiere categoría de cosa divertida y comunicante; es un salón es tan decorativo como los sillones de fierro del jardín del burgués / ¿cuestión de retina? / sí y no / pero mejor sería encontrar ( y por un tiempo sistematizar azarosamente) el factor detonante, clasista, cien por ciento propositivo de la obra, en yuxtaposición a los valores de “obra” que la están precediendo y condicionando.
-El pintor deja el estudio y CUALQUIER statu quo y se mete de cabeza en la maravilla / o se pone a jugar ajedrez como Duchamp / Una pintura didáctica para la misma pintura / Y una pintura de la pobreza, gratis o bastante barata, inacabada, de participación, de cuestionamiento en la participación, de extensiones físicas y espirituales ilimitadas.
La mejor pintura de América Latina es la que aún se hace a niveles inconscientes, el juego, la fiesta, el experimento que nos da una real visión de lo que somos y nos abre a lo que podemos será la mejor pintura de América Latina es la que pintamos con verdes y rojos y azules sobre nuestros rostros, para reconocernos en la creación incesante de la tribu.
*
Prueben a dejarlo todo diariamente.
Que los arquitectos dejen de construir escenarios hacia dentro y que abran las manos (o que las empuñen, depende del lugar) hacia ese espacio de afuera. Un muro y un techo adquieren utilidad cuando no sólo sirven para dormir o evitar lluvias sino cuando establecen, a partir, por ejemplo, del acto cotidiano del sueño, puentes conscientes entre el hombre y sus creaciones, o la imposibilidad momentánea de éstas.
Para la arquitectura y la escultura los infrarrealistas partimos de dos puntos: la barricada y el lecho.
*
La verdadera imaginación es aquella que dinamita, elucida, inyecta microbios esmeraldas en otras imaginaciones. En poesía y en lo que sea, la entrada en materia tiene que ser ya la entrada en aventura. Crear las herramientas para la subversión cotidiana. Las estaciones subjetivas del ser humano, con sus bellos árboles gigantescos y obscenos, como laboratorios de experimentación. Fijar, entrever situaciones paralelas y tan desgarradoras como un gran arañazo en el pecho, en el rostro. Analogía sin fin de los gestos. Son tantos que cuando aparecen los nuevos ni nos damos cuenta, aunque los estamos haciendo / mirando frente a un espejo. Noches de tormenta. La percepción se abre mediante una ética-estética llevada hasta lo último.
*
Las galaxias del amor están apareciendo en la palma de nuestras manos.
-Poetas, suéltense las trenzas (si tienen)
-Quemen sus porquerías y empiecen a amar hasta que lleguen a los poemas incalculables
-No queremos pinturas cinéticas, sino enormes atardeceres cinéticos
-Caballos corriendo a 500 kilómetros por hora
-Ardillas de fuego saltando por árboles de fuego
-Una apuesta para ver quién pestañea primero, entre el nervio y la pastilla somnífera
*
El riesgo siempre está en otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose. Nunca demasiado tiempo en un mismo lugar, como los guerrilleros, como los ovnis, como los ojos blancos de los prisioneros a cadena perpetua.
*
Fusión y explosión de dos orillas: la creación como un graffiti resuelto y abierto por un niño loco.
Nada mecánico. Las escalas del asombro. Alguien, tal vez el Bosco, rompe el acuario del amor. Dinero gratis. Dulce hermana. Visiones livianas como cadáveres. Little boys tasajeando de besos a diciembre.
*
A las dos de la mañana, después de haber estado en casa de Mara, escuchamos (Mario Santiago y algunos de nosotros) risas que salían del penthouse de un edificio de 9 pisos. No paraban, se reían y se reían mientras nosotros abajo nos dormíamos apoyados en varias casetas telefónicas. Llegó un momento en que sólo Mario seguía prestando atención a las risas (el penthouse es un bar gay o algo parecido y Darío Galicia nos había contado que siempre está vigilado por policías). Nosotros hacíamos llamadas telefónicas pero las monedas se hacían de agua. Las risas continuaban. Después de que nos fuimos de esa colonia Mario me contó que realmente nadie se había reído, eran risas grabadas y allá arriba, en el penthouse, un grupo reducido, o quizás un solo homosexual, había escuchado en silencio su disco y nos lo había hecho escuchar.
-La muerte del cisne, el último canto del cisne, el último canto del cisne negro, NO ESTÁN en el Bolshoi sino en el dolor y la belleza insoportables de las calles.
-Un arcoiris que principia en un cine de mala muerte y que termina en una fábrica en huelga.
-Que la amnesia nunca nos bese en la boca. Que nunca nos bese.
-Soñábamos con utopía y nos despertamos gritando.
-Un pobre vaquero solitario que regresa a su casa, que es la maravilla.
*
Hacer aparecer las nuevas sensaciones -Subvertir la cotidianeidad

O.K.
DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE
LÁNCENSE A LOS CAMINOS
Roberto Bolaño, México, 1976

LA PINTURA DE MARIO RIVERA




Mario De Rivera (Artista Plástico Shambayllano), Arquitecto, Pintor, Escultor, Escritor, Poeta y Músico, nace el 11 de agosto de 1976 en la Ciudad de Tecate Baja California, Cursa sus estudios en la Facultad de Arquitectura del Instituto Tecnologico de Tijuana, donde expone sus primeros lienzos en exposiciones colectivas e individuales y crea su taller de arte.

lunes, 7 de septiembre de 2009

LORQUÍSIMA

El autor reside en Coatzacoalcos, Veracruz. Practica la enseñanza en la Universidad Pedagògica Nacional y se dice amoroso de la literatura y las mujeres.


Samuel Pérez García



Desde su ventana oyó los gritos de la luna. Redonda de luz, sola en el firmamento.
La luna gira en el cielo
Sobre las tierras sin agua
Mientras el verano siembra
Rumores de tigre y llama.
Es de Lorca, recordó. Siguiendo algún consejo desconocido, pasó su mano sobre lo que durante mucho tiempo había olvidado. Mientras miraba a la luna quieta y lumínica, vio pasar una fugaz centella. Cerró los ojos, pidió un deseo. Volvió sobre su mano al mismo lugar y se deshizo los pudores, las prohibiciones, las viejas moralinas de la abuela.
Oyó a lo lejos:
En el aire conmovido
Mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura
Sus senos de duro estaño.
Ella en la cama recoge sueños, mece su cuerpo de marimba, se defiende de los fantasmas creados por las sombras de la luna. De tacto en tacto sobre los recuerdos, le fue llegando un cosquilleo de llovizna, algo como un rocío madrugador sobre las hojas, y se relajó completamente.
Un carámbano de luna
La sostiene sobre el agua
La noche se puso íntima
Como una pequeña plaza.
Siguió con los ojos cerrados. No quiso verle el vellocino amarillo, ni oír su llamado desde la ventana. Se quedó tendida sobre la cama, con los cabellos revueltos y el astro que la deslumbraba.
Abandonada a la ensoñación y el deseo producido por mirarla, pensó en el tiempo perdido, acartonado; en la moral puritana aprendida durante todos esos años que moldearon sus gestos, la actitud, sus modos de pensar que la convirtieron en niña mimada, decente, burguesita intocable, incapaz de... ¡ Puta madre! –pensó. Fue cuando abrió los ojos y miró que
La media luna soñaba
Un éxtasis de cigüeñas.
Estaba a punto de olvidarse de su cuerpo tibio entre las sábanas, cuando oyó al trovador debajo de su ventana:
Niña deja que levante
Tu vestido para verte
Abre en mis dedos antiguos
La rosa azul de tu vientre.
Todo está lorquísimo – dijo. Y siguió arrancándole rosas a su tibio vientre, esa noche que la luna llegó preciosa y parecía que cantaba como un trovador con la jarana bajo la ventana.

jueves, 3 de septiembre de 2009

EL POETA Y EL PERIODISMO



El autor es poeta, periodista y periodista. Originario de Jáltipan de Morelos, Veracruz, reside actualmente en Villahermosa. Ha obtenidos algunos reconocimientos nacionales y locales.





Rubén de Leo.


Para el poeta, el periodismo es un medio de subsistir, de pegarse a una chica, un libro o una cerveza.
Es difìcil vivir de la poesía; sin embargo, nos vive y vive en nosotros, los poetas.
Con el periodismo el poeta se mata a sí mismo. Es decir, pierde peso en su propia gravedad; el objetivismo y la veracidad reduce la sensibilidad y la emociòn al escriibir, como que enfría uno con tanta veracidad aparente y engañosa, como que los huesos se alargan hasta volverse polvo.
El poeta es el gran mentiroso, el Lucifer, porque lo que dice son mentiras, ademas, de piadosas. Como dijeron los antiguos griegos: “Los poetas son unos grandes mentirosos”, de ahí que Platón los expulsara de la República. Pero yo creo esto a medias, pues un poeta tambièn es un arcángel, un Gabriel, porque mediante esas “mentirillas” justifica la falsedad y con ella crea la verdad.
La veracidad no sólo radica en los órganos articulatorios del habla sino en lo sensible y espiritual. De ahí que Vicente Huidobro calficara a un poeta como un “pequeño Dios”, pues lo concebìa como un creador, da vida a nuevas cosas, y, como primer hombre, como un Adán, le da nombre o renombre a esos objetos que inventa con la pluma.
Uno hace periodismo para vivir y ni siquiera eso, sino para sobrevivir, pues el trabajo es mal pagado. Además, nos explotan, nos censuran, vaya, nos chingan.
No todos los periódicos que tienen un suplmento cultural remuneran o le dan la gracias al poeta que en él colabore. Claro, hay excepciones y me admiro y enorgullezco de ello. Quien fuera como en la Odisea y en La Eneida donde a los poetas se les tenía como seres nobles y tenían el poder económico, político y social, en ese mundo los poetas se dedicaban a tañer la lira y a cantar sus poemas a un público que los reconocía
Pero eso ya pasó –o ni siquiera eso, porque pudo haber sido un mito- y ahora en nuestros tiempos lo que queda es robarle horas al sueño y aprovechar el insomnio –tal y como lo estoy haciendo ahora-para escribir algunas notas para los periódicos. No estoy en contra de ellos, sino todo lo contrario, por ellos como y me festejo el dìa con un libro y una cerveza. Pero quiero ofrecer mi opinión sobre la relación poeta-periodismo.
Viene al caso la siguiente anécdota: Un día quise entrevistar al poeta Oscar Oliva, y él –enojado me dijo: -“Qué chingaos quiere ser, poeta o periodista? Y que le contesto: “Necesito comer”. Entonces se calló.
La verdad es que si no existieran los suplementos culturales en los periódicos, el poeta no podría subsistir. A lo mejor se dedicarìa a lavar platos, vender libros o casetes, o vendedor de seguros de vida. ¿Qué chistoso, no?
Es verdad y mas que la verdad ( lo digo con golpes en el pecho) me ha sucedido a mí y a otros tantos colegas, a quienes he visto por ahì deambular despistados.
Entonces, el periodista tiene que alimentar al poeta, pagarle sus libros, sus plumas, su hojas blancas que tanto hacen falta; tambièn sus chelas, y de vez en cuando –o segùn la necesidad- una “chavita”. Creo que vale la pena estudiar ciencias de la comunicaciòn, por lo menos el poeta. Así tendrá el plato lleno de tacos, pero también de censuras. Amén.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

EN MEMORIA DE MACARIO MATUS (1943-2009)


Orlando Guillén nació en Acayucan, pero reside actualmente en Barcelona. Es poeta y ensayísta crítico de la mafia literaria habida y por haber en México. Entre su obra póetica sobresale Versario Pirata, Rey de Bastos y Doce poetas catalanes del siglo XX, entre otras. Aquí presentamos su memorial a Macario Matus, poeta oaxaqueño, recién fallecido.



Orlando Guillén

Poeta bilingüe en zapoteco y en español, crítico de arte, traductor al zapoteco de grandes escritores de la literatura universal y periodista cultural de larga trayectoria, Macario Matus nació en Juchitán, Oaxaca, en 1943 y murió en la ciudad de México el 6 de este mes de agosto que ahora se dispone a su vez a morir entre tantos muertos como trajo.
Macario es uno de mis amigos de juventud y en consecuencia compañero de las grandes borracheras de entonces, de las pasiones, los abatidos y bestiales debates, los desconciertos y locuras iluminadas que siguieron entre nosotros a los crímenes de Estado del 68 mexicano contra nuestra generación intelectual y creadora y su proyecto en proceso, ya para siempre histórica e irremediablemente trunco, de cuyo espantoso y para muchos atenazante pasmo civil fuimos sobrevivientes oponiendo obra y voluntad de vida.
He dicho juventud y he dicho vida. Pues bien: Macario es uno de mis amigos de juventud y de toda la vida. De su poesía (en español; no puedo juzgarla en zapoteco), me ocupé en otro lugar de la hemerografía y a él remito a quienes tal registro pueda importarles lo suficiente como para averiguarlo. Los que no, tampoco se pierden mucho. Es mejor leer al autor, y sus libros andan por el mundo.
Toda la vida quiere decir también memoria. A la memoria del amigo y del autor reproduzco
ahora el textículo suyo que sigue, y que publiqué en la revista ZonAeropuerto (noviembre/92-enero/93), que dirigía en aquel momento. Tal material (cuyas erratas corrijo puntualmente) sigue vivo en sustancia, porque en México sólo para peor cambian los modos y las maneras culturales. Es una ponencia presentada al Encuentro de Suplementos Culturales celebrado en Oaxaca en julio de 1992, y de ahí su tono coloquial.

Barcelona, 26 de agosto de 2009.



APUNTES SOBRE
LOS SUPLEMENTOS CULTURALES
Macario Matus

Para Juan Rejano,
quien publicó mis
primeras notas

Disculpen que tenga que usar aquí esta manera de expresar mis ideas acerca de los suplementos culturales. Es una forma telegráfica de los antiguos tiempos: está en clave, y cifrada. Es sólo para invitar a las discusiones y posibles polémicas. Dispensen que no diga nombres, porque siendo yo un obrero de la cultura no debo ofender a ningún director de los suplementos: debo conservar mi puesto. Además, si me despiden, ustedes no me invitarán el próximo año.
Por otro lado, debo anticipar que es muy difícil ser juez y parte, porque hay el riesgo de caer en la complacencia o el denuesto a compañeros y amigos. Bueno. Pero habrá que afrontar la situación y ser amigos de la verdad para dejar de amar la verdad de los amigos.
Los suplementos están en crisis. Lo está el mundo entero. Están los suplementos copados por la censura y la autocensura. Están hechos a capricho y gusto de los directores o coordinadores, lo que en cierta medida puede ser benéfico, y humanamente es natural: porque se ayuda a los compañeros. Pero hay directores que no son periodistas y lo peor: ni siquiera son escritores profesionales.
Algunas secciones o planas o suplementos no se pueden leer, ya que están interesados en temas del extranjero. Son elitistas, xenófobos o de un marcado chovinismo rastacuero. Otros viven de las agencias noticiosas del extranjero y de boletines que emiten las autoridades gubernamentales. Los más miran México tal si fuera una aldea: hacen crítica de danza, teatro, libros y artes plásticas, donde los protagonistas son del extranjero; patéticamente, como para demostrar que son expertos en temas raros. Así, nadie les discutirá sus opiniones.
Muchos con el puesto buscan más fama para su obra personal. Otros abandonan su vocación primera en aras del periodismo cultural. Se han perdido varios talentos en ese intermedio. Pocos son periodistas verdaderos.
La cultura y el periodismo son áreas que se rozan. La noticia y la cultura se hermanan. Son géneros distintos, pero en un momento dado se combinan. Existe la oportunidad de la noticia cultural, y no por eso está exenta de la profundidad del análisis, del juicio crítico, la independencia de los criterios.
Hay suplementos que tienen más texto. Larguísimos o en forma breve. Pero lo mejor del periodismo moderno no debe pasar de dos cuartillas. Los ensayos deben publicarse en revistas. Nunca hay que editar fragmentos de novela. Más bien fragmentos de poemas y cuentos cortos. Pocos publican creación. Unos son más literarios; otros muy gráficos. La gráfica debe tener preponderancia. Cada tema debe ilustrarse con lo tratado. Lo mejor es que el artista de viñetas haga lo que le dé la gana. La fotografía no ha sido empleada debidamente. En lo personal, prefiero la imagen a las palabras insulsas, deliberadamente intelectualizadas. Detesto el lenguaje banal, servil a la nada.
Los interfectos publican profusamente sus textos, buscan grandes firmas y quieren descubrir talento donde no lo hay. Se organizan en pequeñas y grandes mafias de amigos. Recuérdense “Nexos” y “Vuelta” en el reventón de invierno de la UNAM. Hicieron rabietas sólo para recibir la dieta del mismo patrón. Quieren las grandes tajadas del erario y del trono en los castillos del aire. Muchos viven bien en sus torres de papel periódico.
A los jóvenes los ponen a trabajar como negros. A los viejos les pagan generosamente. Cada suplemento tiene pleito casado con los otros, con sus adláteres. Incluso dentro de los mismos espacios de un suplemento se dan zancadillas que duelen hasta donde sí. La mayor parte de sus periodistas o escritores, son colaboradores. O sea: sin plaza. De los pagos casi nadie puede sobrevivir. Sé de más de cuatro secciones culturales que pagan 15 o 20 mil pesos por colaboración. Muchos jóvenes se desencantan y se van a otra actividad.
Lo peor del periodismo cultural es la falta de información de los escribientes. Lo mismo hacen una entrevista o crónica cultural con una instrumentación del siglo pasado. Hablan de todo sin aportar una idea válida. Se prefiere una especialización en cada área. Hay que tener por lo menos 5 especialistas en cada rama, sin que se llegue a los ejemplares monográficos infumables. Un colaborador debe publicar una sola nota en un mismo número. Incluso el director debería de abstenerse de publicar mucho para tener más espacio.
La tan marginada cultura no llega al gran público porque muchos la vuelven más aséptica de lo que es. Se habla de los artistas sólo cuando cumplen años, ganan un premio o se mueren. Nadie puede hablar de un gran artista que no festeje nada.
Parece ser que los monstruos sagrados de la cultura tienen su propia estatua en algunos suplementos. Los grandes críticos de arte repiten adulatoriamente las frases más insólitas sobre sus otros amigos o clientes. Atrás de la colosal crítica en México corre mucho dinero manchado, múltiples vergüenzas.
No hay críticos jóvenes para las artes plásticas. Tampoco de cine, teatro, danza. Si sobresale alguien es aplastado por la indiferencia y el impago a sus furtivas colaboraciones. El más joven de los críticos de arte tiene 60 años. El más ilustre y sabio anda revoloteando por los 90. La mayoría de los críticos de arte en general cobran en las esferas gubernamentales y de paso pellizcan la bolsa del artista o de las editoriales.
El trabajo cultural está de capa caída en lo que respecta a profundidad y seriedad. En términos absolutos el periodismo en México está en su peor momento. Bueno: es que el mundo entero está del carajo, como dijera Efraín Huerta.
Los reporteros de la cultura son improvisados, aunque procedan de escuelas de periodismo (donde, por cierto, imparten clases señores que nada tienen que ver con el periodismo contemporáneo). La cultura no se aprende en las aulas, y en México siempre se está improvisando. Sólo habrá que leer lo que preguntan los grandes entrevistadores de los mejores medios de la cultura.
Todavía hay suplementos, planas y secciones que continúan los pasos de Lizardi (solamente que al revés), o en el peor de los casos imitan burdamente a Norman Mailer. Viven del chisme, el escándalo o la provocación impune. Ignoran cómo es el nuevo periodismo en Europa o Estados Unidos de Norteamérica. Los suplementos de provincia, que los hay, no se cómo se las gastan.
Los suplementos tienen poco espacio y publican ensayos largos, naturalmente del director o los favoritos. Para los demás, “no se deben publicar más de dos cuartillas”.
Los que participan en una edición cultural deberían tener más olfato periodístico. Un buen director de suplementos no tiene por qué ser necesariamente un buen escritor. Un verdadero escritor no debería dilapidar su energía dirigiendo un suplemento y menos por más de dos años. En la «cultura» se exige juventud, belleza y acaso un centavo de genialidad. Hay quienes prefieren a las jóvenes de buen ver. Otros los prefieren chavos, y mejor de buenos bigotes.
La competencia es tremenda. Los únicos que son invitados a colaborar profusamente son Monsivais y Octavio Paz. Carlos Fuentes exporta ensayos dirigidos a los mexicanos desde los Estados Unidos. Allá malgasta su imaginación ganando a pulso todos los dólares que quiere. El, como muchos gallones y gandallas famosos cobran con sólo hablar. Bueno: tampoco son maquinazos ni fusiles de piratas trasnochados.
El único que ejerció correctamente el periodismo cultural es García Márquez. Dejó de hacerlo para desarrollar su labor respetable de novelista. Lo mismo hizo brillantemente Roa Bastos. Los que no se contaminaron fueron Onetti, Sabato, Bioy Casares, Borges y mi amadísimo maestro Rulfo. Ellos se entregaron con pasión a sus deberes frente a la gran literatura.
En este ancho y querídismo país nuestro los temas culturales y artísticos son considerados espacios de relleno. Cuando hay algún discurso de un personaje político de tercera categoría, hacen desaparecer las secciones culturales.
El poderoso periódico “El Financiero” no tiene suplemento. Tampoco “El Universal”. Ambos en cambio tienen planas diarias.
San Fernando Benítez ha sido un magistral director de suplementos. Descubrió para bien de la cultura a Monsivais, a José Emilio Pacheco y a Vicente Rojo. Pero estos muchachitos frisan ya los 60 años de edad.
Monsivais es un cronista. Pacheco es mejor inventariador de datos culturales y fraguador de ensayos literarios. En cambio sus novelas y poemas carecen de originalidad creativa, imaginativa. Es de los que no son creadores artísticos de elevado rango.
Después de esa “brillante” generación no hay grandes protagonistas, de valía histórica, nombrables, pronunciables, dentro de los suplementos y revistas. Bueno: el talento no brota ni mana de manera espontánea. Eso sí: se está forjando alguno en alguna parte donde mis ojos no vislumbran.
Disculpen lo que les ha expresado un periodista de lo cultural. Uno que sólo ha pepenado unos pequeños poemitas y unos cuentecillos de poca monta. Ha sido un anónimo periodista que no ha hecho la gran obra ni la hará, porque ha perdido el tiempo en los pasillos de la redacción de los suplementos culturales.


www.floresdeuxmal.com

LA PINTURA DE SIXTO APARICIO





Sixto Aparicio es egresado de la Escuela de Pintura de San Carlos, en Mèxico, D. F. Oriundo de Acayucan, reside en esa ciudad. Ha pinturado murales en diversas escuelas de la entidad Veracruzana y en Tabasco. Aquí presentamos una muestra de su obra pictórica para placer de los visitantes de este blog.

ESCRITORES DEL ISTMO MEXICANO


Luis Chávez Fócil es oriundo de Frontera, Tabasco. Escribe poesía, cuento y obras de teatro. Ha alcanzado algunos premios nacionales e internacionales. Vivió en Minatitlán, Veracruz, durante muchos años, a mediados del 2009 se regresó a su pueblo natal, en buscad de otras mujeres y otras historias que contar. Aquí presentamos una de sus creaciones.


GURUSAPO.
De Luis A. Chávez



Rabihorcado, cejijunto y caviloso, Gurusapo leyó a los once a Vallejo gracias a la buena voluntad de doña Pasca, viejita de la vecindad cuyo marido muerto hacía “mil años” era lector y clérigo, primero, para después ser pastor de una iglesita desde donde continuaba mandando a chingar a su madre a los católicos y su grey, de poco más de cincuenta, aplaudían con cantos a rabiar sus rapapolvos.
La cólera que quiebra al hombre en niños, que quiebra al niño, en pájaros iguales, y al pájaro, después, en huevecillos; la cólera del pobre tiene un aceite contra dos vinagres... eso, lo conmocionó, a grado tal que cuando llegó a Lezama Lima: Dicen que los tejones, en aguas de su humedad, burilan más, hocico en punta de atravesar una sombra de escaramuza en jarra de vino, sustituido por la criada del milenio gordo... se convirtió en el garbanzo de a libra de su pueblo dado que en los lugares donde sus habitantes no pasan de dos mil, ver a un chamaco negro, descalzo y de ropitas llenas de agujeros pero con un libro bajo el brazo, era de comentarse en la cantina, en el mercado, en la calle.
-Ahí viene el instruido- le decía la gente y, después de pasar delante cinco pasos, Gurusapo se volteaba y se agarraba el pito.
-¡Para tu madre que nunca la tuviste, sinvergüenza!
-¡Ven para que te lo corte, pedazo de pendejo!-
Y Gurusapo se echaba a correr gritándoles “bellacos”, gracias a sus primeras lecturas de El Quijote, mientras que las comadres se miraban incrédulas mandando en ese instante a sus hijos por el diccionario.
-Belinógrafo, benilograma, belio, bellaco ¡aquí está!, granuja, pícaro... se dice de la cabalgadura que tiene resabios y es difícil de gobernar... negro hijo de su puta madre, nos dijo caballos...
Palabras como exquisitez, umbrío, totalitarismo, muñón, esquizofrenia, eran estudiadas por el niño y que, al no entenderlas, preguntaba a doña Pasca por sus significados; la gentil señora dejaba de regar sus plantas para sentarse y comenzar a explicar.
-Allá se la pasa el sinvergüenza, con la viejita esa, viuda del pastor, se la ha de estar cogiendo.
-Ha de ser.
Porque en los pueblos, si alguna cosa sobra, es fruta y lengua.
Doña Pasca, señora de esas inminentes de iglesia y de rosario, era incapaz de matar una mosca y como al negrito, nada más por falta de quehacer, todos lo vapuleaban de lo lindo, comenzó a pedirle por mandados y así, lo fue metiendo a su casa, ¿qué más se puede hacer por semejantes huérfanos?
Leyó a Salgari, a Conrad, a Pessoa, a docenas de ellos y cuando supo de los bardos (Kavafis, Cavalcanti, Giacomo, cien de ellos) uf, la vida se le hizo de cuadritos. Pero de cuadritos de colores, naturales, no como a esos chamacos escupe fuegos que dan ganas de matarlos y se la pasan oliendo gasolina o thinner.
-Quien puede pensar en Dios, por Dios está cultivado; aquel que logra sentirlo ya por Dios está tocado.
-Guadalupe Amor, es bueno que la leas; Reyes, Novo, Villaurrutia y otros la quisieron mucho.
Gracias a doña Pasca, a los diez años Gurusapo entró a estudiar primero de primaria pero lo enseñó a leer más rápido en su casa ya que lo sacó de la escuela en vista de que los chamacos se burlaban de él.
-Me lo llevo- dijo la señora- allá está, en pleno recreo, sentado bajo el tamarindo, esquivando las cáscaras de naranja que los demás chamacos no se cansan de tirarle y usted, directora, es otra pendeja igual a ellos.
-Lárguese con él, y por mí, vaya usted y chingue a su madre.
Doña Pasca lo fue a buscar al tamarindo, le secó las lágrimas y lo sacó de la escuela.
-Hazme un favor; ve a la dirección y miéntale la madre a la directora, aquí te espero, en la puerta.
La historia posterior de esta clase de vidas carece de documentación fidedigna, pero se sabe que se convierten en anécdotas, en leyendas que de boca en boca, bajo la lasitud de esas tardes donde los mosquitos tienen de seis a siete de la noche su devoradora función y la gente celebra de hamaca a hamaca su vaivén de risas e interrogaciones pero sobre todo divagan puesto que nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con fulano o a qué lugar se fue a vivir perengana.
Es la inocencia, que mucho tiene de analfabetismo, de ignorancia, la que en los pueblos crece como en campo abierto y ahí mejor se sabe de vacas, de caballos, becerros a los que hay que destetar o cómo hay que repastar un potrero.
De Gurusapo nadie volvió a saber hasta el celebrado día en que, allá en la capital, participó y ganó sesenta mil pesos en un concurso por televisión donde un señor gordito, de bigotes, le preguntaba encerrándolo en una cabinita acerca del tema que él mismo había escogido: Poetas Ilustres de la Nueva España.
-La última pregunta, señor Francisco Montero y Garciadueñas (que así se llamaba Gurusapo), dígame, a qué poetas pertenecen los siguientes versos, en qué año nacieron, cómo se llama el poema y en qué año murieron esos poetas. Va el primero: “Como la oscura noche al claro día sigue con inefable movimiento”. El segundo: “Soñé que de una peña me arrojaba quien mi querer sujeto a sí tenía”. El tercero: “En el distrito rico de occidente donde los francos montes su riqueza y su oculto caudal hacen patente”... tiene usted sesenta segundos.
Pasados los sesenta segundos, desde la cabinita en donde estaba encerrado, comenzó a decir.
-El primero, Gutierre de Cetina, nació en 1520; el poema se llama Seguimiento; falleció, no se sabe con certeza, en 1554, aproximadamente. El segundo, Francisco de Terrazas; nació en 1525, pero esto no se sabe con exactitud; el poema se llama El Rechazado, y el poeta murió, no se sabe con autenticidad, en 1600. El tercero, su nombre Eugenio de Salazar, no hay documentos certeros sobre su nacimiento pero se da una fecha, 1530; el poema se titula Neptuno viaja a la ciudad de México en Ballena, y murió alrededor del año 1605. Quiero abundar que otros poetas de la Nueva España son Hernán González de Eslava, Pedro de Trejo, Juan de la Cueva, Antonio de Saavedra y Guzmán y más de una veintena.
Se hizo un silencio dramático y el público asistente (el muchacho había estado recibiendo cartas de todas partes del país) se comía prácticamente las uñas. Después de hacer el conductor del programa como que revisaba papeles -para remarcar más la tensión del momento- de pronto gritó ¡CORRECTO!... y la gente del estudio pegó al unísono un brinco.
Salió de la cabina con una sonrisa de oreja a oreja ayudado por dos gentiles edecanes (él tendría a la sazón ahora veinticuatro años) y los aplausos y los vítores no se hicieron esperar. Lo abrazaron, le tomaron fotos, le aplaudieron y el conductor le preguntó qué iba a hacer con el dinero, una considerable cantidad para esos tiempos, y apenas alcanzó a decir que ya vería pero que agradecía las cartas que constantemente había estado recibiendo -ya doña Pasca había muerto hacía cinco años y le reconoció en ese momento a ella haberlo hecho un hombre de bien ya que estaba al frente de una empresa automotriz en la capital de su estado natal- y que iría también al homenaje que, en ese momento, por teléfono, le dijo el presidente municipal le iban a hacer de inmediato; una comida a todo lujo porque “era un orgullo del pueblo”. Así, con su cheque de sesenta mil y con aplausos y vivas, salió de aquel estudio de televisión rumbo a la dicha.
A los pocos días el héroe, bien trajeado, primero fue al panteón a dejar flores a la tumba de su protectora para después asistir a la comida que le prometieron.
En el campito de béisbol la celebración estaba lista, organizadas las mesas, los platillos, etcétera; no cabía ya ni un alfiler.
Todo mundo habló, le reconocieron la enorme distinción que había obtenido y, a lo último, el presidente municipal (que se había reelegido unas tres veces) se acercó al micrófono aplaudiendo, sonriente, para abrazar y felicitarlo de manera efusiva.
-Hijo- comenzó diciendo- eres orgullo de tu patria pero eres de aquí, de nosotros donde vivimos como siempre todos y en donde estamos, aquí, pensando en ti y conociéndote, que haz hecho por tu fama y por... que eres así, de grande y de muy destacado en tu labor por televisión, el mejor que nos ha nacido aquí.
El presidente municipal lo volvió a abrazar y la banda del señor don Checo irrumpió con Dianas. La esposa del presidente, los síndicos (y sus queridas, sentadas y vestidas para la ocasión pero en otras mesas), quedaron a la expectativa cuando el muchacho se acercó al micrófono.
-Buenas tardes- comenzó diciendo- seré muy breve; yo, Gurusapo, doy gracias a Dios porque tengo el altísimo placer de mandarlos a todos a chingar a su madre.

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